jueves, 20 de enero de 2011

Mi sueño hecho realidad


Hace algo más de dos años, mi prima había ido a Irlanda, como todos los años. Allí conoció a una familia irlandesa de lo más encantadora. Tano era así que justo antes de salir el avión con destino a Lanzarote, Betty, la mujer de la casa, volvió a repetirle a mi prima por décima vez:

-Espero verte el año que viene aquí y te volverás a quedar en mi casa.


A las 20:00h el avión aterrizó en Lanzarote y yo estaba fuera, esperando ansiosa que saliera mi prima ya. Se había ido durante 2 meses y tenía muchísimas ganas de verla. Cuando salió por la puerta, tiró las maletas y corrió a abrazarme. De camino a casa, me contó todo lo que había vivido en Irlanda. Me dijo que la familia a la que fue este año era la mejor que le había tocado, que tenía una casa muy grande, con unos jardines inmensos, todo verde, y que en los alrededores de la casa habían praderas donde pastaban las vacas. Al contarme todo aquello, sentí unas ganas inmensas de viajar allí y verlo todo.


Me convertí en la persona más feliz del mundo cuando el 6 de enero de 2009, recibí envuelto en papel de regalo, un billete de avión a Irlanda. En ese momento me quedé blanca, si poder articular si quiera una palabra. No me lo podía creer, mi sueño hecho realidad.

El viaje estaba previsto para finales de junio, al finalizar las clases. Dos semanas antes empecé a prepararlo todo llena de emoción. Llegó el día tan esperado, y a las 10:00h estaba ya, junto a mi prima, en el aeropuerto rumbo Irlanda. La despedida a nuestros padres fue media triste, ya que estaríamos fuera 3 meses, pero el solo hecho de saber a dónde iba lo recompensaba.


A las 14:30h, habíamos aterrizado en el aeropuerto de Cork (Irlanda). La familia me recibió con un fuerte abrazo, algo que ni siquiera hubiera imaginado. Más encantadora aún de lo que había dicho mi prima. Betty era una señora mayor, bien vestida, rubia y de ojos azules como el cielo. Era una mujer encantadora, muy cariñosa y alegre. Siempre tenía esa gran sonrisa en la cara que hacían lucir sus blancos dientes.

Después de la gran bienvenida y después de un "Nice to meet you" por parte de las dos, las tres nos fuimos a casa de Betty. Allí estaba parte de la familia, esperando conocerme. Me dio un poco de vergüenza, pero cada miembro de la familia era tan encantador como Betty. Creo que ese viaje marcó mi vida por completo, ya que no solo aprendí y practiqué el idioma, sino que aprendí otras tradiciones, otra manera de vivir. Fue la mejor experiencia de mi vida y jamás podré olvidarla. Visité tantos sitios. Uno de los mejores fue la empresa Cardbury, la fábrica de chocolate. Vi cosas sorprendentes que estoy segura que jamás en la vida volveré a ver. Pude ver el proceso de fabricación de los distintos tipos de chocolate, pero lo que más me gusto fue ir probándolos todos. Estaban deliciosos. Sin duda pasé las mejores vacaciones de mi vida. Jamás me olvidaré de cada segundo vivido allí. La despedida fue muy triste, pero tenía el consuelo de que Betty iría a Lanzarote en diciembre, y que yo volvería a Irlanda en junio.


Finalmente, mi prima y yo volvimos a Lanzarote y cada año vamos de visita. Solo deseo que sea verano para ir otra vez.


1 comentario:

Departamento de Lengua dijo...

Bien en contenido y expresión.